Geopolítica

La condición necesaria

para la reforma

La equivocada selección de los socios estratégicos del país nos ha llevado a una deriva que solo espanta inversiones y nos pone en la mira de los países del mundo libre, situándonos como facilitadores de herramientas que ponen en riesgo la seguridad nacional de aliados históricos.

La República Popular China es uno de los principales socios comerciales del país, al que vendemos principalmente productos tales como commodities, esta relación comercial sin dudas debe profundizarse. Desde hace unos 20 años hemos atado nuestra economía a las necesidades y políticas de esa dictadura, y como resultado de aceptar dinero fácil; acabamos por conceder cosas que nos ubican del lado equivocado de la política internacional. En este sentido, abrazamos la idea de comerciar libremente; pero elegimos transitar las cuestiones estratégicas por una senda diferente en pos decuidar los principales intereses de los argentinos.

La relación con la Federación Rusa, irrelevante hasta hace pocos meses, nos colocó en una incómoda posición, luego que el presidente Alberto Fernández pusiera a disposición de Vladimir Putin a nuestro país como puerta de entrada al continente latinoamericano; días antes de la invasión a Ucrania.

La relación con la República Bolivariana de Venezuela viene desde la época de Hugo Chávez. La dictadura narcoterrorista ha sido socia de las gestiones de Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Alberto Fernández. Nuestro país tiene las condiciones necesarias para liderar en LATAM la coalición contra estas autocracias y socios tanto del narcotráfico como el terrorismo internacional.

El pacto con la República Islámica de Irán ha sido el hito más escalofriante de la historia reciente de nuestro país. Ningún gobierno se había atrevido a algo repudiable como haber negociado, con consentimiento del bloque oficialista del Congreso de la Nación, la sangre de las víctimas del terrorismo internacional. Esto debe sumar la penetración de Hezbollah en la región, en parte por la colaboración del régimen de Maduro, que entre los años 2013 y 2015 ha sido acusado de facilitar pasaportes diplomáticos a integrantes de esa organización en la sede diplomática de ese país en Irak.

Nuestro país debe llevar al mínimo sus relaciones diplomáticas con los Estados paria. Esto no será tan complicado porque, de hecho, más allá de cuestiones ideológicas circunstanciales, el comercio con aquellos, a excepción de China, es mínimo. Debemos profundizar asimismo los lazos con este último y su mercado inagotable, incluyendo también al próspero sudeste asiático (ASEAN), África y todo destino que abra las puertas comerciales a nuestros productos y servicios exportables. Al mismo tiempo, debemos reencauzar nuestra política exterior hacia alianzas estratégicas con occidente y resto del mundo libre. Por ejemplo, afianzar vínculos comerciales con el Estado de Israel, con el que tenemos mucho para comerciar, además de necesitar su tecnología y know how, especialmente en materia de start ups.

Respecto del G20 y la OCDE, una nueva gestión con esta visión que estamos planteando, en los primeros 3 meses de mandato debe ordenar este vínculo que ha sido dañado por el populismo; lo cual significa comenzar un diálogo fluido con las embajadas de los países miembros desde ahora para dejar el camino allanado a la hora de comenzar el nuevo gobierno y cumplir objetivos estipulados.

Nuestro vínculo con la Republica Federativa do Brasil, además de ser nuestro principal socio comercial, sigue siendo estratégico. Este país fue durante muchos años nuestro principal socio comercial, sin embargo el sistema de intercambio gestionado que propone el Mercosur debe ser revisado; incluyendo la posibilidad de ir a un TLC para dar mayor libertad a sus miembros de interactuar con el mundo sin un consentimiento de bloque que hoy resulta una traba al progreso de la región. En el mismo sentido, debemos rescatar los progresos como el Convenio para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal con respecto a los impuestos sobre la renta entre la República Argentina y el Brasil.

El Acuerdo Mercosur - Unión Europea ha sido un paso importante, motivo por el cual debemos seguir avanzando en éste tópico, especialmente con países como Francia, país donde hay mucha oposición interna desde un extremo a otro del abanico político.

La relación con el Reino Unido es el caso de una relación complementaria y desaprovechada que debemos reconstruir en beneficio propio, con diálogo, respeto y a través de la profundización de lazos comerciales, culturales y políticos. Los postulados del falso nacionalismo han logrado que dos países que tienen una agenda inmensa, han interrumpido todo tipo de progreso desde 1982. Tenemos una multiplicidad de temas que nos permitirían crecer; pero hemos circunscripto convenientemente todo al conflicto por las Islas Malvinas.

La custodia del mar continental y evitar la depredación de recursos, del Atlántico Sur y la Antártida son algunos de los objetivos para trabajar en forma conjunta. La posibilidad de ir a un Tratado de Libre Comercio, con un acuerdo Pyme como paso previo; son algunos de los puntos que podrían reiniciar el vínculo de nuestros países. Agreguemos que existen desafíos a nivel internacional en el que nuestras naciones podrían cooperar, así como en un futuro gestionar conjuntamente la base militar RAF Mount Pleasant ubicada en las islas debido a que no existirá motivo alguno que indique que la Argentina podría embarcarse en una acción bélica como en el pasado.

En efecto, debemos volver a la doctrina del paraguas diplomático del ex Canciller Guido Di Tella, y avanzar todo lo posible en aspectos políticos, comerciales, económicos, financieros y de seguridad. Este país acaba de firmar un acuerdo de libre comercio con Colombia. Existe mucho interés en la región para comerciar en torno a los commodities. Se trata de un aliado estratégico y socio de los Estados Unidos. Debemos volver a recuperar la confianza de este país, que es también una forma de volver a ganar la confianza del primero; circunstancia fundamental en temas financieros y de seguridad.

Los Estados Unidos deben jugar un rol central en este giro estratégico, ya que nos une la historia, la cultura y los principios fundamentales de nuestra constitución. Existe un gran potencial de cooperación en materia comercial, considerando el volumen de intercambio entre nuestros países. Destacamos la cantidad de empresas estadounidenses radicadas en la Argentina, la posibilidad de abrir nuevos mercados mediate acuerdos destinados a las Pymes como paso previo a un TLC; y en especial una gran agenda sobre las tareas pendientes en temas vinculados a la seguridad nacional de ambas naciones.